La Unión Europea considera el cambio climático una de sus principales prioridades. Según la última encuesta del BEI sobre el clima, el 68% de los españoles creen que es posible revertir los efectos de esta lacra.
No se equivocan del todo los que piensan que está en manos de las personas frenar el rápido desarrollo del cambio climático; y es que, la actividad humana es una de las principales causas de su rápido desarrollo.
El derroche de energía se considera, junto a la gran generación de residuos y el transporte contaminante, una de las acciones que más contribuyen al calentamiento global y al cambio climático. Por eso, es vital que se tome consciencia de que sí, cambiando los hábitos de consumo, es posible ralentizar el problema.
¿Qué puedo hacer?
- No dejar los dispositivos electrónicos enchufados a la corriente cuando no se estén usando.
- Cambiar las bombillas incandescentes por leds.
- Aprovechar la luz natural al máximo.
- Tener un buen aislamiento en el hogar.
Esas son algunas de las pequeñas acciones que se pueden hacer para ir frenando el cambio climático y sus efectos a largo plazo. Así que, en conclusión, aunque es inevitable hacer desaparecer, sí que se pueden reducir al mínimo los efectos de uno de los problemas más importantes para Europa en el siglo XXI.