Los globos solares son una nueva alternativa más económica para conseguir la energía del sol. Además, generan 400 veces la energía de un panel solar tradicional.
Los globos solares funcionan a través de captadores inflamables, que captan la luz solar a cierta altitud y las concentran en células fotovoltaicas, incrementando varias veces la cantidad de energía que impacta sobre las celdas del globo. Para ello, se alzan los concentradores hasta una determinada altura, con el fin de captar la luz solar de una manera más eficiente. De este modo, los globos quedan suspendidos en el aire mediante cables conectados a un soporte terrestre. La función de estos cables es sujetar los globos y transmitir la energía generada a tierra para su almacenamiento.
Su diseño curvo-convexo permite captar la luz desde varias direcciones al mismo tiempo, por lo que no necesitan que la luz del sol sea directa. Además, gracias a su diseño aerodinámico, pueden resistir vientos de 100 m.p.h, y su carcasa exterior plástica protege el receptor y la superficie de los espejos de concentración de los malos temporales meteorológicos.
Cada globo solar puede generar hasta 500 vatios por un importe de menos de 2 dólares. Con los bajos costes de mantenimiento y el reemplazo de cada globo solar en comparación con la electricidad generada, el sistema podría situar los costes de implantación de la energía solar a niveles óptimos, llegando incluso a competir directamente con las fuentes de energía basadas en combustibles fósiles como el petróleo.